Leo en un simpático ensayo titulado Las Doce Destrezas de la Resolución de Conflictos: “La respuesta creativa a un conflicto se trata de cambiar problemas a posibilidades. Se trata de conscientemente escoger buscar lo que se puede hacer, en vez de quedarse con cuán terrible es todo. Se busca afirmar que vas a escoger extraer lo mejor de la situación. Nuestras actitudes colorean nuestros pensamientos. Usualmente no nos damos cuenta de cómo moldean la forma en que vemos el mundo. Dos actitudes dramáticamente opuestas en la vida son “Perfección” versus “Descubrimiento”. Vamos a llamarlas “sombreros de actitud.” ¿Con cuál sombrero te vistes todos los días? ¿Ves las dificultades como problemas o como retos? El sombrero de la perfección dice: “¿Es esto suficientemente bueno?” (¡Usualmente no!) “¿Esto llena mis expectativas impecablemente altas?” El sombrero del descubrimiento dice: “¡Qué fascinante! ¿Cuáles son las posibilidades aquí?” ¿En qué piensa nuestra mente bajo nuestro sombrero de perfección? ¿Bien o mal? ¿Estoy a la altura? La vida es una lucha. Los errores son inaceptables. Juicio. Creencias estáticas sobre lo que es apropiado. ¡Fracaso! ¿Estás tú a la altura? La vida es trabajo duro. Tengo que estar correcto. Acusar. ¡No tomes riesgos!”
Con lo anterior en perspectiva, revisemos la oposición propuesta por Paulo Freire entre educación bancaria y educación liberadora. Freire llamó educación bancaria a aquella que nos aleja de la comprensión de nuestras circunstancias sociales, y que genera la pasividad y el fatalismo en los sujetos. Esto ocurre debido a una escuela concebida según una relación unidireccional en la que uno enseña y otro aprende, sin que los roles cambien. Se adquiere entonces la falsa idea de que hay sabios absolutos e ignorantes también absolutos. La educación liberadora es un proceso de concientización de la condición social del individuo, que la adquiere mediante el análisis crítico y reflexivo del mundo que la rodea. Se trata de una forma de entender la educación que se ubica en una horizontalidad de las relaciones humanas, y que, por tanto, implica el diálogo y la continua reflexión acerca de la propia realidad a lo largo del proceso educativo. Se considera liberación porque pretende una suerte de reencuentro de los seres humanos con su dignidad de creadores y participantes activos en la cultura que los configura. En este análisis, se buscan las causas que inciden en un estado determinado de la cultura, y se detectan las inercias y fuerzas que impiden la expresión y realización de las personas. Se dice, entonces, que la persona en cuestión ha tomado conciencia, o se ha concientizado. Es importante resaltar que esto jamás puede ser producto de un adoctrinamiento o manipulación por parte de otros, sino que el sujeto debe hallar por sí mismo su camino en la vida. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos. “Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos”, afirma Freire. El respeto por las ideas y los saberes del otro es un instrumento en la resolución de conflictos.
Desde el punto de vista de la resolución de conflictos, un diálogo es una conversación motivada por una búsqueda de entendimiento. Tiene como objetivo prioritario informar y aprender, más que buscar acuerdos concretos o soluciones.
Tal como lo consideramos y lo practicamos, el diálogo es un elemento distinto del debate.
El dialogo requiere: romper estereotipos, disponibilidad para escuchar y aprender de los puntos de vista de la “otra persona” y disponibilidad para abrirse a nuevas ideas. Un buen diálogo ofrece a las personas que participan la oportunidad de: Escuchar y ser escuchadas, de modo que las personas que hablan puedan ser oídas. Hablar y dejar que le hablen de manera respetuosa. Desarrollar y profundizar en el entendimiento mutuo. Conocer la perspectiva de las otras personas y reflexionar sobre nuestros propios puntos de vista.
El diálogo es un proceso de comunicación que tiene como objetivo la construcción de significados comunes entre personas. La empatía trata de la conexión y apertura entre las personas. La mejor manera de desarrollar empatía es haciendo sentir a la otra persona que es comprendida. Esto significa escuchar activamente.
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