viernes, 31 de octubre de 2014

La Persecución del Barro


Cuando Coro y La Vela ingresaron en la lista de Patrimonio Mundial una de las razones más importantes para esta decisión de la UNESCO fue sus técnicas constructivas. Lo que significa que las construcciones de tierra deben ser respetadas. Sin embargo a partir de 1993 decenas de casas de barro han sido destruidas en Coro y en La Vela.
No se ha tomado conciencia de la importancia de la construcción con tierra y de su valor histórico. Para aquellos que defienden el patrimonio intangible deben recordar que las técnicas de construcción con tierra son patrimonio intangible también, independientemente de las casas.
Sin embargo hay en muchas personas un desprecio a la construcción con tierra y un gran respeto a la construcción con cemento, como el mayor y más seguro invento en materia de construcción. No recuerdan que mientras las técnicas constructivas de tierra tienen más de 10,000 años de existencias, las de cemento no llegan a doscientos años.
Con las lluvias de estos últimos días se ha desatado una persecución incomprensible a las casas de barro, asusta ver como se refieren a ellas con desprecio algunos locutores  y directores de programas de las televisoras locales, como también mucha gente del público.
Hay factores que hay que tomar en cuenta antes de criticar: no existe una política para la defensa del  patrimonio, los bancos no dan créditos a las casas de barro. A pesar de que el Estado ha asignado grandes sumas para el patrimonio, no se han desarrollado o ejecutado acciones con  ese dinero para salvarlo y no se han dado explicaciones  del destino del mismo.
El resultado es que como se han caído casas de barro a consecuencia de los constantes aguaceros se ha tomado esto como excusa para derribar muchas casas salvables aun, para colmo la utilización de maquinas pesadas para derribarlas daña a las casas vecinas. Hay que ser muy cuidadoso para sacar los escombros de las casas caídas sobre todo si las casas vecinas son también de tierra.
El boletín de Arquitectura de México de fecha del 29 de octubre de este año trae un artículo titulado: El futuro de la arquitectura está en los materiales tradicionales, donde dice: “los severos cambios climáticos que ha experimentado el planeta en los últimos años, han promovido que muchos de los profesionales de la arquitectura y la construcción dirijan su atención hacia las técnicas y materiales constructivos tradicionales, pues se ha comprobado que son mucho más respetuosos con la ecología y que incluso pueden ayudar a mejorar las condiciones ambientales.”
 “Debido a lo anterior, cada vez con mayor frecuencia podemos encontrar propuestas arquitectónicas resueltas a partir de modelos, técnicas y materiales ancestrales estrechamente relacionados con el medio ambiente que, hasta hace algunos años, se encontraban guardadas en el baúl de los recuerdos.”
De esta forma, han reaparecido en el escenario de la arquitectura los muros de bahareque, los repellados de cal y arcilla, el adobe y muchos otros materiales que los constructores de la era de la máquina dejaron atrás, favoreciendo lo artificial y todo lo que ostentara una imagen fabril que simbolizara el progreso económico.”
Y aquí, quienes se consideran estar siguiendo los lineamientos del más puro modernismo, quieren destruir lo que probablemente será la arquitectura del futuro y sacrifican de manera indiscriminada nuestro patrimonio violando el artículo 99 de nuestra constitución  bolivariana, la ley de patrimonio de Venezuela y la ley orgánica de la Convención del Patrimonio Cultural y Natural Mundial aprobada por el Congreso Nacional en 1990.
Ana María Reyes

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