lunes, 20 de junio de 2011

Manaure en Todariquiba. II.



De la prestancia y poderío del Diao Manaure dan magnifica cuenta los viajeros, los cronistas y ese cantor de gesta de la Conquista que fue Juan de Castellanos. La memoria colectiva recoge el nombre de Manaure y lo extiende en la geografía del Caribe, Venezuela y Colombia. Pero, a decir verdad, tras su nombre se oculta un enigma. Hacia 1944, escribe Gilberto Antolínez: “¿Encierra la palabra Manaure un denso sentido? Ahora lo veremos. Podemos descomponerla en las siguientes raíces: 1) Ma: grande, elevado; 2) Na: propuesto; 3) Hu: alto, elevado; 4) Ra: rito; en síntesis: el que ha sido propuesto al alto rito. Habría otra manera que sería la siguiente: 1) Ma: grande; 2) Na: propuesto; 3) Hu: elevado, alto; 4) Ra: procedencia; o sea: propuesto por su alta procedencia. En realidad lo que la historia nos dice de Manaure concierta con estas significaciones.” De modo que Manaure viene a ser “el jefe Supremo de los Sacerdotes y Médicos-Magos”.
¿Qué nos dicen las palabras indígenas de la morada de Manaure? El topónimo Todariquiba podemos analizarlo en virtud a lo que conocemos del idioma caquetío: Cuiba, Cuiva o Kiba, según Pedro Manuel Arcaya, quien consigna una tradición paraguanera, significa Piedra. Así Yabuquiba sería yabo en piedra o yabal pedregoso; Jadacaquiva: jajato en piedra o jajato pedregoso; en ambos topónimos la primera parte nombra plantas xerófitas. Las Aguas Termales de la Cuiba o Aguas Termales de la Kiba –Aguas Termales de la Piedra– sería topónimo que describe muy ajustadamente la naturaleza calcárea de la fuente de la que manan estas aguas. Recuerda Arcaya que Ciba, según el Padre las Casas –lo mismo consigna Arístides Rojas en Estudios Indígenas– significaba Piedra en la lengua de los indígenas de La Española, de donde Cibao equivale a pedregal. En Coro quedó la tradición, consignada por Arcaya, de que en el desaparecido idioma caquetío, la terminación bacoa, agregada, como generalmente se encuentra a nombres indígenas de árboles y frutos para formar nombres de lugares, indicaba el grosor, el gran tamaño, la abundancia, de las frutas que el lugar producía el referido árbol o el gran número de éste. Frecuentemente la encontramos en el occidente de Venezuela: Coquibacoa, Buchivacoa, Datobacoa, Guaibacoa, Cusubacoa, Tutubacoa, Guambacoa. Buchibacoa: lugar abundante en buches, o lugar de gruesos buches; Datobacoa: lugar abundante en datos –fruto del cardón–, o lugar de grandes datos; Cusubacoa: sitio abundante en cusucas –fruta silvestre–; Guaibacoa: lugar abundante o de frondosos guays: –Ceiba (Bombax sp). Coquibacoa: la considera Arcaya palabra derivada de Quiquibacoa o Chichivacoa, como se escribió en la Crónicas, y significa lugar abundante en guamachos (nombre dado a varios árboles del género Pereskia, fam. de las cactáceas); o bien sitio abundante en dividives (Caesalpinia coriaria), según veamos en chichi la palabra wayuu siichi (guamacho) o el vocablo del mismo dialecto, ichi (dividive).15 Así, Todariquiba sería topónimo indígena formado a la manera de voces como Guaibacoa o Jadacaquiva, donde el radical “quiba” significa “piedra” o “pedregal” y la voz “todari” podría haber nombrado una planta o un recurso característico del lugar, como es frecuente en varios topónimos indígenas en las lenguas aglutinantes.

Mgs. Sc. Camilo Morón
Profesor UNEFM

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