El uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) representa una valiosa herramienta para los museos. El anterior esquema de museo almacenador y guardián del patrimonio ha dado paso a un museo dinámico y abierto al diálogo que busca en los instrumentos que proporcionan los desarrollos tecnológicos, un punto de apoyo esencial para acercarse a su público (Castellanos, 2011).
La explosión de las TIC ha logrado que se afiance la corriente teórica que busca impulsar al museo como un mediador social y no sólo como una institución que almacena y que se mantiene aislada de la sociedad a la que sirve. La función comunicativa del museo se fortalece y refuerza otras funciones tradicionales como la función educativa, siempre buscando la complementariedad. Los museos tienen en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) una herramienta sumamente útil para superar barreras como los presupuestos reducidos para establecer grandes exposiciones o campañas publicitarias para atraer visitantes. Se trata de favorecer la complementariedad entre lo presencial y lo virtual priorizando en la una, las actividades que no pueden realizarse en la otra. Recordemos la necesidad de darle la oportunidad a entidades convencionales de poder estar también a la vanguardia y convertirse así en instituciones no sólo competitivas sino eficaces para la sociedad en la que están inmersas (Castellanos, ibídem).
Los museos contemporáneos son instituciones culturales relacionadas con la sociedad y por lo tanto capaces de adaptarse a los cambios sociales. Uno de los mayores retos que actualmente encaran los museos es la irrupción de las nuevas tecnologías así como la democratización de la cultura. Internet facilita la relación entre las personas a dimensiones planetarias, esta superación de la dimensión espacio temporal está consolidando un esquema nuevo de relaciones sociales y culturales que implica una democratización de la cultura.
En 1956, André Malraux publicó una reflexión sobre el denominado Museo imaginario, el autor consideraba que los museos actualmente solo ofrecen una visión limitada de la cultura, ya que el conocimiento es más amplio que los contenidos de los museos, por lo tanto trata de establecer las características de un museo imaginario que albergue todas las obras de arte del mundo y que no imponga visiones parciales de la cultura. Malraux formó parte de una vanguardia cultural que anticipó los cambios que actualmente se están produciendo: la digitalización de fondos y la creación de museos virtuales. El número de museos que cuentan con presencia en Internet es alto, si bien este hecho es en parte debido a la existencia de portales culturales que agrupan información sobre los museos, ya que es más reducido el porcentaje de museos que cuentan con página web propia (Castellanos, ibídem)
A la hora de expresar cuál es la misión que puede tener Internet en relación con la cultura, los entrevistados son muy optimistas, consideran a Internet el vehículo adecuado para hacer llegar la cultura y en particular el conocimiento de los museos al conjunto de la Sociedad. A pesar de este optimismo tecnológico, los entrevistados consideran que todavía queda mucho por hacer en relación con la digitalización de los fondos de los museos y que quizá son los aspectos financieros y los tecnológicos los principales frenos para el importante avance virtual de la cultura (VV.AA., 2011).
Una definición reciente de Museo Virtual nos dice que es un museo que aprovecha los medios digitales para mostrar, preservar, reconstruir, diseminar y guardar la cultura material de la humanidad: (pinturas, fotografías, esculturas, cerámicas, antigüedades, textiles, entre otras) como artefactos digitales y bases de datos que son guardadas en el servidor de dicho Museo Virtual. Los dispositivos digitales también pueden ser una producción en CD-ROM o página web que muestren colecciones específicas, una muestra general de la colección, así como material con fines culturales o educativos. Un Museo Virtual hace posible que usuarios alejados puedan acceder a la Ciencia, la Cultura y las Artes. (González y Casado, 2011).
Arturo Colorado, creador del CD-Rom del Museo Thyssen-Bornemisza y uno de los estudiosos sobre la incidencia de los sistemas multimedia en el mundo de los museos nos dice que: "museo virtual es el medio que ofrece al visitante un fácil acceso a las piezas y a la información que desea encontrar en diferentes temas artísticos y en distintos museos. De hecho, el Museo Virtual sería el nexo entre muchas colecciones digitalizadas y puede ser utilizado como un recurso para organizar exposiciones individuales, a la medida de las expectativas e intereses del usuario".(González y Casado, ibídem). Sergio Talens y José Hernández entienden los museos virtuales como una réplica de los museos tradicionales pero en soporte electrónico: "Los museos virtuales reciben fundamentalmente esta denominación porque suelen copiar los contenidos de algún otro museo real, siguen la obra de algún artista o tratan un tema especial. Aunque los museos virtuales no reemplazarán nunca las visitas físicas para ver los originales de obras históricas para la humanidad, cuando la distancia o las posibilidades económicas no permiten ir, siempre pueden ser una opción muy válida para un primer acercamiento, de una forma más próxima (virtual) a lo que sería la verdadera visita".(ibídem).
En primer lugar nos podemos encontrar, fuera de los museos virtuales, con el Nivel Inferior, el más básico, que correspondería a aquellos museos que sólo poseen una página web que muestra información muy parcial sobre el centro. Se han limitado a hacer una digitalización de los folletos informativos tradicionales, sin ningún tipo de enlace, jerarquización de la información ni actualización de ningún tipo. Son sitios web de museos cuyos responsables no han entendido las posibilidades reales que tienen las TIC y se han conformado con el nivel más bajo de la difusión. Estos museos corren el riesgo de potenciar un efecto contrario en el posible visitante, pues ante una presencia tan pobre en Internet, pueden desistir de realizar una visita real. No puede llamarse Museo Virtual, ni siquiera Digital. Únicamente podríamos usar la definición Museo Electrónico, porque se sirve de la electrónica y de las TIC a un nivel elemental. (González y Casado, 2011).
En una escala inmediatamente superior, nos encontraremos en el que denominaremos Nivel Intermedio con museos más elaborados que junto a la información básica referida en la escala inferior, incorporan la historia del edificio, la colección -normalmente una selección de la misma-, y alguna información relativa a las exposiciones, actividades complementarias, y enlaces con otros museos o instituciones culturales, pero de manera desestructurada o poco organizada. En todo caso, son páginas interactivas y que utilizan enlaces hipertextuales. Pueden también ser conocidos como Museos Digitales. (ibídem).
El escalón más avanzado correspondiente a la definición de Museo Virtual, correspondería al Nivel Superior, a aquellos museos que incorporan, por un lado, recreaciones virtuales del edificio o de sus salas y que permite auténticas inmersiones en la realidad virtual puesta al servicio del museo. Al ser una tipología mucho más cara y sofisticada, no es por el momento, lamentablemente, la más habitual, aunque los importantes avances tecnológicos y el abaratamiento de los mismos nos permite pensar con que se convertirá en una realidad habitual antes de una década (ibídem).
El servicio de Extensión Cultural podrá, a través de la red, personalizar la formación por materias concretas o necesidades específicas, y con diferentes niveles en función del grupo de edad, social o educativo en que el cibervisitante desee incluirse, siendo él quien elija hasta donde desea llegar. El principal sería la formación de usuarios. Si bien podría parecer que para impartirla hace falta estar físicamente en el sitio, se puede hacer, y no de mala manera, a través de la modalidad “en línea”. El Museo debe formar a sus visitantes a través de guías, tutoriales, ayudas en línea… pasando de éste modo a superar las dificultades de la formación tradicional.
Las posibilidades son amplias: Gestión de sugerencias, presentación de quejas o reclamaciones, acceso a exposiciones temporales virtuales, información al visitante a través de listas de correo, foros y chats donde fomentar el debate entre nuestros visitantes virtuales, enlaces a otros museos e instituciones culturales… No sólo se pueden igualar los servicios ofrecidos ya en el museo físico, sino que podemos superarlos. Y no olvidemos que además podemos hacer llegar nuestro museo y los servicios que prestamos a todos aquellos que por diversos motivos no pueden visitar el museo físico: ancianos, minusválidos, enfermos dependientes, reclusos, residentes en zonas rurales aisladas… ciudadanos con el mismo derecho que los demás a acceder a la Cultura pero que no disponen de recursos para poder hacerlo, y que sin embargo sí pueden llegar a nosotros –y nosotros a ellos- merced a la virtualización de los Museos.
Mgs. Sc. Camilo Morón
• Castellanos, Patricia: Los Museos Tradicionales, su Público y el Uso de las TIC: el Caso del Observatorio Científico de la Ciudad Mediterránea. 04 – 06 -2011.
• VV.AA: Los museos y las tecnologías de la información y la comunicación en La Rioja. Proyecto Sensitic II. 04 – 06 - 2011.
• González, Teresa & Casado, Antonio: La Utilización de las TIC para Virtualizar un museo. Estado de la cuestión en Castilla-La Mancha. 04 -06- 2011.
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