sábado, 11 de marzo de 2017

Falcón: De lo Arqueológico a lo Cotidiano






Hace mucho, mucho tiempo, digamos unos 20.000 ó 15.000 años antes del presente, llegaron a lo que es hoy el Estado Falcón los primeros seres humanos. Eran anatómicamente e intelectualmente modernos, esto es: eran Homo sapiens sapiens. Los datos arqueológicos, lingüísticos  y, más recientemente, genéticos, tienden a agruparse en torno a las fechas de 15 a 20 mil años para la llegada de los primeros pobladores; pero hay investigadores para quienes este acontecimiento pudo haber ocurrido hace 40.000 años y hasta aventuran 50.000 años antes del presente. Digamos, sencillamente, que el debate aún está abierto. 

Poblamiento Temprano: Los Primeros Falconianos (15.000  a.C. – 5.000  a.C.)
Cuando los primeros pobladores llegaron al suelo que hoy llamamos Falcón, el paisaje era muy diferente al de hoy. La línea costera tenía un perfil distinto y es posible que se pudiera llegar caminando hasta lo que son hoy las islas de Aruba y Curazao. La llanura era verde, cubierta de pastos y en ella pastaban manadas de grandes herbívoros como mastodontes, caballos americanos, camélidos. Entre las hierbas, acechaban tigres dientes de sable, osos de hocico corto y jaguares. Los gliptodontes gigantes y los megaterios recortaban la silueta de sus macizas figuras contra los atardeceres de aquellos tiempos ancestrales.

Reclama la fantasía la convivencia de los primeros falconianos con los representantes de la megafauna como el gigantesco mastodonte (Stegomastodon waringi), que era semejante al elefante actual y cuyos huesos han sido encontrados en la Península de Paraguaná, en la tierras de Capatárida, en Muaco y Taima-Taima. Entre los fascinantes representantes de la megafauna extinta que encontraron los primeros falconianos, destaquemos el león  o tigre dientes de sable (Esmilodon sp.) que cazaba en las llanuras y en los bosques. El cachicamo gigante o Gliptodonte (Glyptodon sp.), el perezoso terrestre de grandes dimensiones (Megaterio sp.), falsos camélidos –semejantes al camello– como la macrauchenia (Xenorhinotherium sp.) y camélidos –de la familia del camello– como la llama (Palaeolama major), caballos (Amerhippus), lobos (Canis dirus), hipopótamos sudamericanos (Mixotodon sp.), osos (Arctoterium).

Época Meso-India (5.000  a.C. – 1.000 a.C.)
A lo largo de la costa, los Meso-Indios practicaron la pesca de peces y moluscos, desarrollando así habilidades marítimas que los capacitaron para colonizar por primera vez las islas cercanas. Tanto en Tierra Firme como en las islas, los lugares de habitación de los Meso-Indios están marcados por largos montículos de conchas que muestran claramente su relación con alimentos marítimos. Hay pruebas de agricultura por la presencia de torteros de barro muy similares a los budares que aún se usan en muchas partes de Venezuela para hacer casabe. Ahora hay una variedad más grande de implementos, incluyendo piedras pulidas. Lo más típico son morteros o piedras de moler para preparar las primeras plantas cultivadas. También se encuentran por primera vez vasijas de cerámica, las cuales incluyen jarras  con  impresión de tejidos y decoración geométrica. La cerámica fue usada tanto en objetos utilitarios así como también en urnas funerarias muy elaboradas.

Época Neo-India (1.000 a.C. - 1500 d.C.)
El comienzo de la época Neo-India se ha fijado cuando la agricultura se desarrolla lo suficiente para reemplazar la caza, la pesca y la recolección como medio básico de subsistencia. Esto ocurrió alrededor del año 1.000 a.C. en Venezuela oriental. En Venezuela oriental la yuca continuó siendo el producto básico, pero en el occidente los Neo-Indios prefirieron el maíz, domesticado en América Central, desde donde se dispersó hacia el sur y el este.  El énfasis en la agricultura no ocasionó que los Neo-Indios abandonaran sus medios de subsistencia previamente existentes. Sus asientos costeños están llenos de conchas, lo que significa que siguieron consumiendo productos marinos. Los materiales del período Neo-Indio son ricos y variados.  No sólo incluyen restos de comida, fogones y entierros, sino también construcciones religiosas y residenciales, algunas levantadas sobre montículos. La cerámica está presente en casi todas partes. Otros materiales, tales como hueso, concha, algodón  e inclusive metales son usados para hacer artefactos.  La agricultura los capacitó para desarrollar comunidades más extensas, formas más elaboradas de organización social y política, arte y religión.

Época Indo-Hispana (1500 d.C. - hasta el presente)
Los sitios de esta época que han sido estudiados incluyen no sólo poblados indígenas, sino también misiones y otros asentamientos españoles en los cuales se encuentran artefactos indígenas. Este proceso está documentado de la mejor manera arqueológica en la zona histórica de Coro, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1993.
Las excavaciones pusieron al descubierto no sólo artefactos españoles, sino también cerámica indígena de estilos originales de varias áreas del Caribe. Hay pruebas de que pronto abandonaron estos estilos y desarrollaron una forma nueva de cerámica local. Esta a su vez sobrevive, con escazas modificaciones, a través de la Época Indo-Hispana y aún existe como cerámica rural. Se trata de una de las tantas contribuciones que los indígenas han hecho a la cultura moderna de Venezuela.
Desde comienzos de la Época Indo-Hispana, son traídos a América los primeros esclavizados africanos, quienes contribuirán a la formación de la población y la historia de Venezuela. Con propiedad, esta época debería denominarse Indo-Afro-Hispana. Falcón es uno de los pocos lugares en la Tierra que puede ofrecer testimonios materiales de la presencia humana que se remontan a 15.000 años antes del presente, de manera continua y sin que le falte una página al gran libro de su historia.

Camilo Morón.



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