martes, 5 de julio de 2011

Pez León en las Playas de Falcón




Colores llamativos y una anatomía de rara belleza
son las características principales del pez león (Pterois
volitans )
, el visitante inesperado que recibieron las
aguas venezolanas hace menos de un año. Esta especie
es de la familia Scorpaenidae y es característica de los
océanos Índico y Pacífico.
Fue en 1992 cuando seis ejemplares de esta
especie se escaparon de un acuario en el sur de Florida,
Estados Unidos. Desde ese momento, el pez león
comenzó su largo viaje por el Caribe. Aunque los peces
adultos no viajan -es una especie bastante sedentaria-,
las larvas y huevos son los que se desplazan y avanzan
debido a las corrientes marinas.
Su presencia en los ecosistemas marinos del país
ha provocado alarma, ya que es un depredador para la
fauna local y no tiene enemigos en nuestras aguas. Juan
Posada, profesor de la Universidad Simón Bolívar, afirma
que los efectos de la presencia del pez león en nuestra
aguas se verá a largo plazo, aunque enfatiza que es, sin
dudarlo, una amenaza para los ecosistemas marinos.
“ Como la tasa de alimentación de este pez es
bastante alta, llegará algún día en que los buzos se
sumerjan y ya no vean la misma diversidad marina ” ,
explica. Indica además que la presencia del pez león
afectará a nivel ecológico y económico. “El pez se
alimenta de juveniles de peces como pargos y meros que
son los que espera el pescador artesanal. También
consume peces herbívoros que cumplen una misión muy
importante en los ecosistemas ya que evitan
sobrepoblación de algas, por ejemplo ” .
También en las playas de Falcón el pez león ha
hecho presencia. Esta especie ya ha sido avistada
varias veces en Morrocoy, en diferentes playas: Cayo
Norte, Cayo de Pescadores, Playa Mero, Playuela y
Cayo Sur, entre otras.
Posada asegura que con el tiempo la gente se
acostumbrará a la presencia del pez y este se volverá
parte del paisaje marino. Sin embargo, explica que
esta problemática da pie a una reflexión: “ La lección
es que hay que saber lo que está ocurriendo con el
manejo de la fauna y flora exótica. Los Estados no
ponen un control férreo sobre la exportación de
especies y hay que tener un gran cuidado cuando se
saque a un animal de su hábitat, porque lo que está
pasando con el pez león puede volver a pasar con otra
especie ” .

¿Cuál es el peligro para los seres humanos?

Según Juan Posada, muchos bañistas se
encuentran alarmados por la presencia del pez león.
Esta especie tiene 18 espinas venenosas distribuidas en
sus aletas dorsal, pélvica y anal, y el contacto con ellas
puede producirle dificultad respiratoria, sudoración,
náuseas y una disminución en la presión sanguínea a la
persona afectada. Es importante aclarar que el veneno
no es mortal para los seres humanos.
Entre los primeros auxilios se recomienda limpiar
la herida y luego sumergir en agua caliente la zona
afectada. Sin embargo, Posada indica no desestimar el
accidente. “ Lo importante es atenderlo como una
emergencia y llevar a la persona a un centro de salud
cercano. Allí sabrán cómo atenderlo ” , asegura.
Posada también recomienda a los padres que
prevengan a sus hijos. “Yo tengo la esperanza de que
en Morrocoy lo vean los buzos recreativos, no los
bañistas. Sin embargo, no está de más que los padres le
expliquen a sus hijos que si ven al pez león, no lo
toquen. Hay que mostrarles fotos y mantenerlos
informados ” . También asegura: “Yo creo que de
momento los bañistas pueden disfrutar las playas
tranquilamente ” .
Otra recomendación es informarle a las
autoridades competentes cuando se aviste un pez león.
“ Las personas deben recordar, además de no tocarlo,
que deben avisar a los funcionarios de los Parques
Nacionales cuándo y en dónde fue el avistamiento. Esta
información es muy importante para hacerle un
seguimiento a esta especie en el país ”

Un rico manjar llamado pez león

Como ya es una certeza que el pez león seguirá
conviviendo con la fauna local y no se encuentra
realmente amenazado en su entorno – ya que carece de
depredadores naturales en las aguas venezolanas-, se
está promoviendo una forma de ejercer un control en la
población de esta especie: el consumo de su carne por
parte de los seres humanos.
Sólo hay que dejar reposar al pez por dos horas
luego de su captura para que la toxina pierda efectividad.
Luego se debe cortar las aletas con cuidado, utilizando un
tenedor grande. Aunque hay cierto temor por parte de los
pescadores de manipular el pez, Posada afirma que existe
interés por partes de muchos hoteles y restaurantes de
ofrecerlo en su menú como una exquisitez. Lo cierto es
que con un poco de precaución, los pescadores pueden
ayudar a convertir a la especie en un delicioso platillo
local, lo que le daría valor agregado al turismo y le haría
un gran beneficio a los ecosistemas marinos venezolanos.

Fuente: Fudena

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